Este sábado pasado tuve el place de volver a ver de nuevo a Stomp con todo su séquito de instrumentos hechos con cualquier cosa que se pueda tener al alcance, combinados con coreografías, danza y humor, que no faltó en ningún momento.
Stomp nace en 1991 a raíz de dos artistas ingleses: Luke Cresswell y Steve Mcnicholas, y desde esa fecha no han parado de crecer en popularidad. Actualmente cuentan con shows permanentes en Londres y Nueva York, intercalando giras por todo el mundo.
Su show se basa en un desarrollo percusivo muy urbano, en indumentaria, en decorados y en sonido, creando ritmos imposibles que dejan boquiabiertos al demostrar una coordinación perfecta, que es lo más difícil de conseguir: aunar ritmos internos entre varias personas.
En su show no falla el personaje humorístico, payaso o bufón, como prefiera llamarse, que en esta ocasión encarnaba un curioso hombre más bien tirando a tirillas que disfrutaba tanto haciendo el show, que contagiaba su risa a todo el público.
Momento estelar para mí fue la coordinación con periódicos unida a la creatividad de poder inventar situaciones con las que las carcajadas estaban aseguradas.
Fregaderos, tubos de caucho, señales de tráfico, cubos de basura, cajas de cerillas.... y muchísimos objetos más, que no irían a parar más que al cubo de la basura o al desguace, aquí posibilitan dar rienda suelta a la creatividad, explotando al máximo el potencial sonoro de cada objeto.
Un show cuanto menos recomendable, por lo menos una vez en la vida...
Stomp nace en 1991 a raíz de dos artistas ingleses: Luke Cresswell y Steve Mcnicholas, y desde esa fecha no han parado de crecer en popularidad. Actualmente cuentan con shows permanentes en Londres y Nueva York, intercalando giras por todo el mundo.
Su show se basa en un desarrollo percusivo muy urbano, en indumentaria, en decorados y en sonido, creando ritmos imposibles que dejan boquiabiertos al demostrar una coordinación perfecta, que es lo más difícil de conseguir: aunar ritmos internos entre varias personas.
En su show no falla el personaje humorístico, payaso o bufón, como prefiera llamarse, que en esta ocasión encarnaba un curioso hombre más bien tirando a tirillas que disfrutaba tanto haciendo el show, que contagiaba su risa a todo el público.
Momento estelar para mí fue la coordinación con periódicos unida a la creatividad de poder inventar situaciones con las que las carcajadas estaban aseguradas.
Fregaderos, tubos de caucho, señales de tráfico, cubos de basura, cajas de cerillas.... y muchísimos objetos más, que no irían a parar más que al cubo de la basura o al desguace, aquí posibilitan dar rienda suelta a la creatividad, explotando al máximo el potencial sonoro de cada objeto.
Un show cuanto menos recomendable, por lo menos una vez en la vida...
www.stomponline.com
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